Salió de la Habana
rumbo a Nueva York
un barco de velero,
un barco velero cargado de ron.
En medio del mar
el barco se hundió
la culpa la tuvo
el señor capitán que se
emborrachó.
No importa el barco
no importa el barco que se perdió,
lo que importa, es el piloto y la tripulación.
Pobres marinosçpobres pedazos de corazón,
que la mar brava
que la mar brava se los tragó.
Señor capitán
déjeme subir
a izar la bandera
del palo más alto de bergantín.
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